Tips para cuando las máquinas quieran destruirnos

Tips prácticos para cuando las máquinas quieran destruirnos

Tips prácticos para cuando las máquinas quieran destruirnos, columna de Andrés Carvajal ilustrada por Jhonny Rodríguez Quintero
Author: Anónimo (no verificado) Fecha:Noviembre 18, 2018 // Etiquetas: humor, Andrés Carvajal, recomendado

Por Andrés Carvajal

Mientras los humanos tratamos de salir adelante poco a poco, las máquinas van volando. Cada vez son más rápidas, tienen mejor equilibrio, ven mejor, son más inteligentes, con más carácter y hasta más guapas. Podrían superarnos del todo y llegar al punto en que, como teme Elon Musk, la inteligencia artificial nos convierta en su gato mascota. Necesitamos que los expertos en autosuperación para humanos se pronuncien. Hay entrenadores personales, guías espirituales, gurús, wedding planners, nutricionistas, foodies, fashion bloggers, booktubers, coelhos, jodorowskys, yuyas, coaches de todos los pelambres que asesoran desde la presentación de una entrevista de trabajo hasta la selección de manera profesional de un aguacate. Pero no he visto todavía que nos den tips prácticos para cuando las máquinas intenten dominar al mundo. Seguro no demoran, pero mientras estos sabios se ponen al día, yo intentaré darnos algunos tips de autoayuda, porque la cosa está muy autojodida, muchachos. Uno le echa ojo a la humanidad y cae en la cuenta de que tenemos la misma probabilidad de ganarle a las máquinas que la que tiene el Deportivo Pereira de golear al Barcelona. Así que los mejores consejillos que se me ocurren tienen como objetivo que nos ahorremos el intento de ser héroes de Terminator. Evitémonos sufrir más de la cuenta y vayamos ayudando a las máquinas a que nos destruyan lo más rápido posible.

Tip 1. El calentamiento global sí existe, pero seamos cafres, difundamos la idea contraria.

Según un estudio de Bastian T. Rutjens, muchos de los que no creen que las emisiones de CO2 producidas por los humanos están calentando el planeta, se basan en posturas políticas. Mejor dicho, por subirse al bus de los que veneran a tipos como Trump y Bolsonaro, pasan por encima de las toneladas de evidencia que científicos de todo el mundo llevan presentando desde hace muchos años y que dan cuenta de cómo los gases de efecto invernadero elevan la temperatura de la atmósfera y cómo esto tiene efectos desastrosos: sube el nivel de los océanos y pone en peligro a las ciudades costeras, produce sequías e inundaciones que destruyen cosechas, reduce el agua dulce disponible para consumo humano… A las máquinas les gusta esto. A ellas el calentamiento global no les toca ni un pelo de la fibra óptica. Una humanidad que tumba el Amazonas para sembrar palma o meter ganado, que no se pone de acuerdo para reducir las emisiones contaminantes, le ahorrará mucho trabajo a unas máquinas de inteligencia superior que podrían decidir acabar con la humanidad, no por crueles, sino porque simplemente el bípedo con tendencias suicidas podría interponerse en su camino. Así que, amiguitos, sigamos así: no le paremos bolas a la evidencia científica y sigamos yendo a las urnas a votar por el meteorito de la extinción.

Tip 2. Unámonos a los movimientos antivacunas.

Según el artículo de Aleyda Rodríguez Páez publicado en Todo es Ciencia, los movimientos antivacunas actuales están motivados por personajes como Andrew Wakefield, quien empezó a difundir el miedo de una supuesta relación entre la vacuna triple viral y el autismo, sin comprobarla. Una investigación publicada en el British Medical Journal demostró que detrás de esto estaba el interés de cobrar indemnizaciones millonarias a empresas que producen vacunas. El artículo sugiere que el florecimiento de los movimientos antivacunas no es solo gracias a estos altruistas y sus seguidores, sino también a la ciencia que no soporta cuestionamientos y trata con desdén las dudas y reclamos de muchas comunidades. En todo caso, para efectos de que las máquinas nos destruyan rápido y sin esfuerzo, ¡qué mejor que difundir enfermedades entre poblaciones humanas sin vacunar! El método ya fue probado de manera inconsciente durante la conquista europea de América, cuando las poblaciones indígenas fueron diezmadas casi hasta el exterminio por enfermedades para las que no tenían inmunidad. ¡Entonces todos a unirnos a los antivacunas! Y hago un llamado a la comunidad científica para que siga mirando por encima del hombro a las comunidades no científicas. ¡Vamos! Empecemos a extinguirnos incluso antes de que las máquinas nos ataquen.

Tip 3. Creamos fuertemente que la tierra es plana.

Cada vez hay más gente que piensa que la tierra es plana y el sol gira alrededor de ella. Que nos hacen creer lo contrario porque hay una conspiración milenaria desde la Antigua Grecia, iniciada probablemente por Eratóstenes, sostenida de generación en generación, orquestada luego en el siglo XV y XVI por Copérnico y Galileo y luego por todos los científicos y gobiernos del mundo hasta nuestros días. Que la NASA y todas las agencias espaciales del mundo tienen contratados desde los años 1960 a miles de diseñadores gráficos que se encargan de fabricar fotografías falsas de la tierra con apariencia esférica y ninguno ha dicho nada porque los tienen aislados en pequeños grupos, comprados y amenazados a todos… (Como si los diseñadores gráficos no estuvieran ya lo suficientemente explotados). La comunidad de los tierra plana, que es vasta y se reúne en conferencias tan concurridas y fervorosas como las de Herbalife, tiene el argumento perfecto: para que algo sea cierto, basta con que usted lo crea. Aquí no cabe la construcción colectiva del conocimiento y la cultura. Excelente noticia para las máquinas y para quienes abogamos por un fin rápido. Si suficiente gente se une a los tierra plana y cada cual se convence de que sus verdades son las únicas verdades, no habrá manera de coordinar ninguna lucha contra las máquinas. Entonces no dejes para mañana lo que te dé la gana de creer hoy, desaparezcamos de una buena vez, los tierra plana nos lo han hecho merecer.

Tip 4. Sigamos convencidos de que las razas humanas existen y usémoslas para discriminar.

Ya hay suficiente consenso científico, apoyado en los más recientes estudios sobre el genoma humano, para decir que las razas humanas no existen. Las diferencias físicas entre poblaciones que a nuestros ojos son tan marcadas, corresponden apenas a un 0.01% del total de nuestros genes. Nos parecen diferencias significativas porque nuestro cerebro está programado para hacer énfasis en los detalles físicos, una cualidad que sirve para distinguir a cada individuo y no confundir a la tía con Carlos Vives o Paul McCartney. Los genes que controlan el color de piel o la forma de los ojos son muy pocos y cambiaron rápidamente ante influencias extremas del medio ambiente. Los genes que definen rasgos como la personalidad, la inteligencia o los talentos son probablemente decenas de miles que funcionan de una manera interconectada y muy compleja. Cada vez es más difícil defender científicamente las divisiones raciales y es un disparate argumentar que, por cuenta de unos cuantos genes, unas razas son superiores a otras. Pero eso no importa, aún hay un gentío dentro de la caverna que utiliza las supuestas razas para discriminar. No temamos a esa oscuridad, metámonos todos en la caverna de la discriminación racial, que si las máquinas nos encuentran divididos, les va a ser más fácil dar la solución final a la raza humana, la única que existe para ellas.

Tip de tips. Si no está seguro de qué hacer, el mejor camino es creer en cualquier cosa.

La duda es una actitud científica, la duda genera preguntas, la duda sobre lo establecido impulsa investigaciones y cambios sociales. Incluso, dudar de la misma ciencia sirve para tener presente que la ciencia no es la única fuente válida de conocimiento, que también están las artes y los saberes ancestrales. Pero una cosa es eso y otra ser escéptico de todos y cada uno de los descubrimientos científicos mientras se cree en cualquier cosa sin tener la suficiente evidencia. Una inteligencia artificial descontrolada que intente convertirse en una especie de dictador mundial y eterno, como le preocupa a Musk, bien podría aprovecharse de esto, como ya lo han hecho tiranos y politiqueros de todas las épocas. Dediquémonos entonces a creer en lo que sea. Este es un excelente camino hacia nuestro final, las redes sociales y las cadenas de WhatsApp son una gran fuente de inspiración. Parece que los colombianos vamos por buen camino.

 

Andrés Carvajal ha escrito sátiras para diversos medios y formatos, como la ponencia White Elephants Come First (en la conferencia sobre derechos humanos y educación de Colombian Academics en City University of New York - 2016). Ganador de la convocatoria New Media 2017 (Proimágenes, MinTic y Canada Media Fund) con Aprende con Muchotrópico, formato audiovisual de sátira. Cocreador y editor de la serie documental infantil Emoticones, finalista en los festivales Prix Jeunesse International 2018 y FAN Chile 2018.
Ilustraciones de Jhonny Rodríguez Quintero para Todo es Ciencia.
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