El porvenir del salto del Tequendama

El porvenir del salto del Tequendama

Salto del Tequendama
Author: Anónimo (no verificado) Fecha:Marzo 27, 2018 // Etiquetas: Tequendama, Bogotá, Museo

El salto del Tequendama es un lugar particularmente cargado de historias. La primera, antes de la misma historia: por aquí se evacuaron las aguas del lago que se convertiría en la sabana de Bogotá y el corazón de la nación Muisca. Según el mito, Bogotá le debe su existencia al salto

El punto fue descrito con asombro por el célebre naturalista Alexander Von Humboldt y marca el final de la cuenca media del río Bogotá. En este punto, el río cambia su forma: del apacible caudal al que la capital está acostumbrada, se vuelve un torrente que busca, entre cañones, una salida al río Magdalena. El salto de hoy, a pesar de sus 157 metros de altura, es un espectáculo menos glorioso de lo que describió Humboldt. Con el crecimiento de la ciudad y las obras de la represa del Muña, el caudal del río disminuyó notablemente y las aguas llegaban al salto contaminadas por los residuos de la zona industrial, Soacha y el suroccidente de la capital.

Esto no es un tema reciente: la contaminación fue una de las razones que llevó al cierre del lujoso hotel de cinco pisos que se alza peligrosamente sobre los peñascos que encañonan el río Bogotá luego del salto. Esta casa está llena de fantasmas: el primero de ellos, el de los ferrocarriles de Colombia, puesto que fue una estación durante la corta vida de esta empresa nacional. El edificio ha pasado de mano en mano, se volvió restaurante y se cerró de nuevo para inaugurarse, en 2014, como museo bajo el auspicio de la Fundación Granja Ecológica El Porvenir.

La institución se fundó para recordarle a Bogotá la importancia del Tequendama y recuperar este corredor ecológico tan deterioriado por el crecimiento exacerbado de la capital. Su misión es cumplir con el mandato judicial que declaró al salto como patrimonio cultural y natural de Colombia, recuperar su caudal natural y, junto a este, la fauna y flora nativa que la contaminación destruyó. En esta tarea, el museo es fundamental: con todos los jóvenes que a diario llegan, se espera que vuelvan a sus casas en Bogotá con una conciencia más plena de la deuda que tiene la ciudad con este mágico lugar.

Por su labor para recuperar un lugar emblemático de la historia de Bogotá y la protección de los bosques de niebla, la Fundación Granja Ecológica El Porvenir es una de nuestras Fórmulas de Cambio. 

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