Azul, violeta, rojo o verde, son colores con los que solemos asociar o recordar gráficamente al universo. Quizá se deba a que las imágenes que generalmente nos presentan de las estrellas, planetas o galaxias están intervenidas para que podamos apreciar mejor la composición de los elementos en el espacio. Lo cierto, es que la asociación más popular entre nosotros cuando alguien nos pregunta sobre cómo imaginamos el universo es el color negro, la pura ausencia de color. ¿Por qué? quizá se trata de una explicación que le damos a los criterios de "infinito", "inmensidad" o "desconocido", relacionándolos con un color que sicológicamente nos significa esto.
En realidad, el universo tiene colores más claros de lo que podamos imaginar y la ciencia lo comprueba. Un estudio que realizaron los científicos y astrónomos estadounidenses Karl Glazebrook e Ivan Baldry demostró que la síntesis del color de todas las luces presentes en el universo es el beig. A esta conclusión llegaron casi por casualidad, porque su objetivo inicial era realizar un análisis espectral de diferentes galaxias investigando la formación de las estrellas. Con un censo de 200.000 galaxias midieron el espectro cósmico que representaba la suma de toda la energía, en el volumen local del universo, emitida a distintas longitudes de onda ópticas de la luz.
El estudio reveló que hace unos 10 mil millones de años el universo era ligeramente azul gracias al brillo de las estrellas, pero disminuyó indicando que las gigantes rojas son mucho más frecuentes y que por una menor reserva de gas interestelar, es mayor la declinación de nuevas estrellas, una transición que modificó la paleta de color del espacio. Descubrieron ‘el color del universo’ y aunque inicialmente por una falla del sistema de software que usaban para contrastar datos y convertirlos en códigos de color, habían anunciado un color turquesa, publicaron un artículo científico en el que aclaraban el percance y finalmente lo bautizaron “café con leche cósmico” o "Cosmic Latte".
Entonces, ¿de dónde salen todos los colores con los que relacionamos al universo? La respuesta es a través de la fotografía astronómica, que intenta hacer visible lo que para nosotros es invisible, porque trabaja con el contraste y la luminosidad para que las señales más débiles sean perceptibles e interpretadas en la gama del RGB (rojo, verde y azul) que nuestro cerebro transforma en los colores que conocemos al ver una imagen. El “falso color” usado en las imágenes astronómicas es resultado de fotografías logradas por potentes telescopios que captan en blanco y negro, donde se mide exclusivamente la intensidad de la luz, pero por separado a través de los filtros RGB. La fotografía astronómica, no solo tiene un valor estético, sino que arroja información importante para entender la dinámica del espacio.
Por ejemplo, hay emisiones de luz de varias zonas de formación estelar que arrojan datos que pueden ser interesantes para los científicos. Como lo es "Ha" (frecuencia de emisión del hidrógeno situada dentro de la región roja del espectro); también hablamos de la luz ultravioleta que se encuentra en el rango del azul, emitida por cuerpos muy calientes que tienen explosiones de gran energía; y, de la luz infrarroja, emitida por objetos fríos como estrellas o polvo que llenan gran parte del universo. Estas frecuencias no las puede captar el ojo humano, pero por ser rangos de energía están cercanos a la luz visible. Además, existen también los rayos x, los gamma, microondas y ondas de radio que complementan la visión inicial de los cuerpos en el espacio y que, al ser mezclados con diferentes imágenes y sus filtros, generan su representación en colores más intensos y llamativos para nosotros.
Aunque los colores que se plasman en las imágenes finales, son el resultado de la mezcla de varias emisiones de luz, que con ayuda de filtros hacen que nuestro ojo humano reconozca los colores, no son imágenes falsas sino todo lo contrario. Los científicos logran acercarnos a una realidad más llamativa gracias a las tomas que se realizan con detectores de luz de tecnología avanzada.
Aprende más sobre los “falsos colores” en este artículo de la revista Mètode de la Universidad de Valencia - España