La ausencia de recursos y materiales para la docencia en las instituciones públicas es un problema que complica el quehacer docente y amplía la brecha de desigualdad en Colombia. A la situación local se añaden las tendencias globales: la tecnología permea todos los aspectos de la vida diaria y los niños y jóvenes se exponen a una edad más temprana cada día que pasa. El reto del docente es mantener la atención de sus estudiantes frente a un mundo cada vez más lleno de estímulos y distracciones.
Pero la solución no es rechazar este omnipresencia de la tecnología, sino adaptar la docencia a ella y usar la abundancia de herramientas a bajo costo y la pericia de los alumnos a favor de su propia enseñanza. Pensando en esto, el equipo de Aulas Amigas, en cabeza de Juan Manuel Lopera, en Medellín, diseñó y desarrolló el TOMI 7, un dispositivo que combina las funciones de varios aparatos tecnológicos en uno solo, con lo cual se hace más accesible. El TOMI 7 permite convertir cualquier tablero en uno digital, crear una red de intranet a través de la cual los maestros pueden compartir contenidos a todos sus estudiantes sin necesidad de una conexión de internet, y que también les permite realizar las evaluaciones, sistematizando rápidamente los resultados.
Juan Manuel Lopera admira a los maestros. No tienen que ser expertos en pedagogías o saberse de memoria las políticas públicas, o ser genios o eruditos de sus materias. La decisión del maestro de inspirar a sus estudiantes, de entregarse a la vocación docente y a inspirar en un aula, es lo que motiva sus esfuerzos por ayudarle en un trabajo que, siendo ya difícil, los tiempos dificultan aún más. Por eso en Aulas Amigas quieren empoderar a aquellos maestros que se entregan a la vocación por los niños de este país.
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