En este especial de Fórmulas de Cambio, hicimos un viaje al cerebro de Rodolfo Llinás, el gran neurofisiólogo colombiano y pudimos conocer algunas de sus experiencias, parte de su trayectoria y unos cuantos puntos de vista que, sin excepción, brindan un gran aporte a la humanidad.
Su capacidad de pensar, de imaginar y de proponer nuevas teorías lo ha confrontado miles de veces con el campo científico, quebrando paradigmas gracias a su manera obstinada de enfrentarse al conocimiento.“Yo soy experimentalista, yo no soy un científico teórico, entonces necesito poder hacer las cosas con mis manos, entender directamente lo que estoy haciendo. Es el placer de utilizar el cerebro para entender cosas que uno quiere entender pero sin tener que leerlas; es decir, no creo en lo que leo, tengo que verificar”, concluye.
Rodolfo Llinás (Bogotá, 1934), es uno de los más grandes de la neurociencia en el mundo. Médico cirujano de la Pontificia Universidad Javeriana, obtuvo su doctorado en neurofisiología en la Universidad Nacional de Australia. Posteriormente fue profesor de neurociencia en la escuela de medicina de la Universidad de Nueva York, donde fue nombrado "University Professor", una distinción que le permite dictar cátedras en cualquier área del conocimiento humano.
Hoy, Rodolfo Llinás lleva más de cincuenta años estudiando la sinapsis del calamar, lo que le sirvió para entender el origen de enfermedades como el Alzheimer y crear la magnetoencefalografía, una técnica que permite ver la actividad cerebral en tiempo real y en tres dimensiones. Pero sus investigaciones no se detienen: con más de 83 años, Rodolfo Llinás sigue siendo un curioso incansable, aficionado a la astronomía, que trabaja a diario en busca de la naturaleza de la cognición. Su meta es entender cómo el cerebro genera sentimientos, ideas y recuerdos. Él tiene claro que ese objetivo es prácticamente imposible de lograr. Por eso, alguna vez le aconsejó a uno de sus hijos: “si quieres una carrera en las ciencias, debes tener una meta que nunca alcanzarás; así, nunca te aburrirás ni te quedarás sin ideas”.
Además de este capítulo especial de nuestra serie Fórmulas de Cambio, Colciencias se unió a Señal Colombia para realizar este documental entre Colombia y Estados Unidos, Llinás: El cerebro y el universo, una película construye las piezas que han conformado la vida de Rodolfo Llinás. El interés por la medicina que empezó en una casa del tradicional barrio de Chapinero, llegó a un laboratorio y un observatorio en Woods Hole, Massachusetts.
De la Bogotá en la que él creció queda poco, y resulta difícil imaginar a un niño en la década de 1940 con un laboratorio en el sótano, disecando cerebros de gatos para tratar de comprender a un órgano tan misterioso como frágil. “He estado manoseando al cerebro durante muchos años”, afirma Llinás con una sonrisa y concluye que “el cerebro es un órgano totalmente silencioso”.
Desde el álbum familiar que atesoran sus hermanas hasta la curiosidad de sus nietos y las convicciones de su veterano equipo de trabajo, pasando por la manera en que se conoció con su esposa, esta película revela algunas facetas desconocidas de Llinás. También muestra las inconformidades del científico. “Desgraciadamente, la educación es mala en todas partes del mundo porque le enseña a la gente cosas que no le sirven”, afirma en un momento. Y también le hace un gran cuestionamiento a la humanidad: “¿somos lo suficientemente inteligentes como para no matarnos?”.