16 mitos sobre la salud sexual y reproductiva

16 mitos sobre la salud sexual y reproductiva

Author: Anónimo (no verificado) Fecha:Julio 12, 2018 // Etiquetas: sexualidad, Salud, medicina, recomendado

Por Laila Abu Shihab

Dice el diccionario de la Real Academia que un mito es una “narración maravillosa situada fuera del tiempo histórico y protagonizada por personajes de carácter divino o heroico”, una “historia ficticia o personaje literario o artístico que encarna algún aspecto universal de la condición humana”.

Puesto de otra forma: es una historia falsa que suele transmitirse de generación en generación. ¿Por qué creemos en los mitos, a veces incluso ciegamente, sin hacer caso de lo que diga la ciencia? Cuando se trata de la salud sexual y reproductiva, ¿de qué manera influyen esas creencias en nuestro comportamiento? ¿Cuáles son esos mitos? ¿Nos pueden poner en riesgo?

Hablamos con expertos en el tema para desmitificar esas creencias erróneas y ayudar en la comprensión de la importancia de hacer valer nuestros derechos sexuales y reproductivos.

Según el doctor Juan Carlos Vargas, asesor científico de Profamilia, estos mitos se multiplican con mucha facilidad en Colombia porque “históricamente, los temas relacionados con sexualidad y reproducción no se tratan abiertamente en los espacios en que deben tratarse, como las aulas de clase en concordancia con la información que se da en casa”, por solo tomar un ejemplo.

Eso mismo afirma Martha Lucía Rubio, asesora de Salud Sexual y Reproductiva y Juventud del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés) en Colombia, para quien la primera razón por la que se propagan estas creencias es cultural: “La sexualidad sigue siendo considerada un tabú del cual no se puede hablar”.

Vargas cita, de hecho, a la exhaustiva Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDS) que cada cinco años realizan el Ministerio de Salud y Profamilia, cuyos resultados “dejan ver que la mayoría de la información” que tiene la gente proviene de “fuentes de veracidad discutible”, lo que genera mitos y además evita que se aclaren en espacios adecuados.

Aún hoy, en pleno 2018, hay personas que creen que la mujer puede evitar el embarazo si toma Coca-Cola con Alka Seltzer antes de la relación sexual o si se pone boca abajo u orina inmediatamente después. Y eso sucede por “desconocimiento” y se replica “por el voz a voz”, sostiene el asesor científico de Profamilia.

“Como no se habla de la sexualidad, se piensa que no es importante recibir educación al respecto, ni acceder a servicios de salud sexual y reproductiva”, explica por su parte Rubio, de la UNFPA.

Los mitos, dice esta experta, se multiplican porque “la sexualidad, particularmente la femenina, ha sido muy cercenada y castigada por las culturas y también por las religiones”. Eso significa que muchas de esas creencias erróneas se transmiten porque, aunque en el caso de Colombia el Estado sea laico según la Constitución, nos sigue costando separar la religión de las políticas públicas.

“La laicidad en este tema es fundamental, porque la sexualidad atañe a los cuerpos y a una serie de derechos sexuales y reproductivos, independiente de las creencias particulares de cada persona. Es decir, el Estado me proporciona unos derechos globales y yo decido luego si como sujeto individual los aprovecho o no. Como colectivo tenemos unos derechos sexuales y reproductivos que nos cobijan a todos y todas, independientemente del tipo de religión que uno profese”, afirma la experta de la ONU.

Según ella, de ahí se desprenden muchos de los mitos más comunes en Colombia, como aquel que dice que los hombres sienten más deseo sexual que las mujeres. “Eso reafirma que las mujeres no son reconocidas como sujetos con las mismas necesidades y potencialidades sexuales que los hombres. Ahí hay una falta de educación y una especie de reproducción cultural y social de patrones de discriminación por temas de género, una cultura que dice que las mujeres deben comportarse de una manera determinada distinta a la de los hombres, que tienen mayores libertades en el ejercicio de su sexualidad y en el disfrute del placer”, asegura Rubio.

Las siguientes son 16 de las creencias equivocadas sobre la sexualidad  y los derechos sexuales y reproductivos más populares en Colombia. La explicación de porqué son falsas está basada en la asesora de Salud Sexual y Reproductiva y Juventud del Fondo de Población de las Naciones Unidas en Colombia, la Guía Temática en Salud Sexual y Reproductiva de Profamilia y el asesor científico de esa entidad y las guías de la Organización Mundial de la Salud (OMS) al respecto.

1. Los hombres sienten más deseo sexual que las mujeres. Mentira. El deseo sexual nace de una suma de elementos físicos (cerebro, hormonas), psicológicos y sociales. El hombre y la mujer tienen la misma capacidad de sentir deseo sexual, pero por una cuestión cultural en sociedades como la nuestra se estimula que los hombres expresen más abiertamente sus deseos sexuales, mientras que a muchas mujeres se les enseña que deben sentir vergüenza y temor de hacerlo, con lo cual se reprimen. Todos tenemos el mismo derecho de expresar nuestros sentimientos y deseos sexuales y no existe ningún estudio que demuestre que el deseo sexual tenga diferencias por sexo.

2. Los hombres no pueden controlar sus impulsos sexuales. Falso: claro que los pueden controlar. Este mito también proviene de una cultura machista y está bastante generalizado, incluso entre las mujeres. Creencias como estas justifican que un hombre violente o agreda sexualmente a una mujer.

3. Masturbarse es malo para la salud y puede causar infertilidad. No. Creer eso significa no reconocer una práctica natural de los seres humanos para aproximarse a su cuerpo y conocerlo y para explorar y satisfacer el deseo sexual. La masturbación es una práctica normal, que se puede hacer a cualquier edad. No existen investigaciones científicas que demuestren que produce enfermedades físicas o psicológicas.

4. Los tampones rompen el himen de las mujeres. Falso. Varios estudios han confirmado que el himen no se modifica ni se rompe con los ejercicios gimnásticos, los deportes intensos o el uso de tampones u óvulos. Como el himen es un tejido membranoso que por lo general recubre la vagina, no se ve alterado por el uso de los tampones.

5. La doble protección es usar dos condones, uno encima de otro. ¿De dónde sacó eso? La doble protección es usar un preservativo y un método anticonceptivo temporal (pastillas anticonceptivas o un dispositivo intrauterino, entre otras opciones). Es decir, la doble protección es protegerse de dos situaciones: un embarazo no planeado y las infecciones de transmisión sexual (ITS). Tampoco es cierto que usar dos condones sirva para protegerse mejor. Todo lo contrario, pues hay mayor riesgo de que se rompan o se deslicen cuando se usan al tiempo. Basta con usar un condón de manera adecuada.

6. Tomar Coca-Cola con Alka Seltzer antes de la relación sexual evita el embarazo. No. Ninguna de estas sustancias tiene efectos anticonceptivos para evitar un embarazo. Lo que realmente funciona es el uso de métodos anticonceptivos o, directamente, la abstención.

7. Luego de la primera relación sexual, a las mujeres le crecen los senos y las caderas. Mentira. El cuerpo de la mujer no cambia después de su primera relación sexual. El crecimiento de los senos, el ensanchamiento de las caderas y el aumento de la estatura están determinados genéticamente.

8. El alcohol y las drogas psicoactivas son estimulantes sexuales. No solo no son estimulantes sino que son todo lo contrario, pues pueden generar lo que se conoce en términos médicos como “depleción (disminución) hormonal”. A pesar de que estas sustancias actúan a nivel del sistema nervioso central produciendo varios efectos sobre la conducta del individuo, como bajar las inhibiciones y producir euforia, reducen la circulación sanguínea a los genitales, lo que disminuye el desempeño sexual y hace más difícil mantener una erección o experimentar un orgasmo. Además, bajo los efectos del alcohol y/o las drogas es más fácil que las personas no quieran usar preservativos, con lo cual aumenta la probabilidad de un embarazo no deseado y de contraer infecciones de transmisión sexual.

 9. Si una persona le propone a su pareja usar juguetes sexuales es porque se siente insatisfecha o porque tiene una enfermedad mental. Para nada. Es absolutamente normal que una persona, sola o con su pareja, quiera complementar su vida sexual con ese tipo de objetos. No existe ningún estudio científico que indique que ese gusto sea resultado de un problema de salud mental. Mientras las dos personas se sientan cómodas y compartan el deseo de experimentar con juguetes sexuales, pueden usarse todas las veces que sean.

10. Es imposible tratar las infecciones de transmisión sexual (ITS). Falso. Para todas las ITS existe tratamiento. Lo que sí sucede es que no todas son curables, como el VIH. Los expertos recomiendan acudir a un especialista ante cualquier cambio en el cuerpo, como la aparición de brotes externos o verrugas en los órganos genitales, flujos, pérdida de peso u otras señales.

11. El VIH se transmite por darle la mano a una persona infectada o por tomar del mismo vaso. Es increíble, dicen los expertos, que todavía haya personas que crean esto. El VIH tiene unos mecanismos muy claros de transmisión que nada tienen que ver con compartir la comida, la piscina o el baño con una persona portadora del virus. O con la picadura de un mosquito o un beso en la boca. El VIH solo se transmite de tres maneras: a través de relaciones sexuales no protegidas, vaginales o anales (es la forma más común de contagio en Colombia); durante la gestación, el parto o la lactancia, cuando una mujer embarazada es portadora del virus; y cuando se usan agujas, jeringas o cualquier material cortopunzante que antes entró en contacto con la sangre o los fluidos corporales de una persona infectada (eso incluye transfusiones de sangre, la realización de tatuajes y el uso de máquinas de afeitar y cepillos de dientes, entre otras cosas).

12. Si un integrante de la pareja tiene VIH, es imposible evitar que infecte a la otra persona. Falso. Se puede tener una vida sexual segura y plena si uno de los miembros de la pareja es portador del virus. En términos médicos a esa pareja se la conoce como serodiscordante (uno vive con VIH y el otro no). Por supuesto, hay que usar condón en todas las relaciones sexuales como primer método de protección y luego también se puede usar un método conocido como PrEP (profilaxis preexposición), que aunque todavía no está regulado en Colombia, puede pedirse y permite que la persona que no tiene el virus tome medicamentos contra el VIH todos los días (lo cual reduce hasta en un 90% las posibilidades de contagio en relaciones sexuales vaginales, por ejemplo).

13. Todas las infecciones de transmisión sexual se manifiestan con síntomas y por eso no es necesario hacerse exámenes de laboratorio preventivos. Este es uno de los mitos más peligrosos para la salud. Algunas ITS no siempre se manifiestan (como el herpes genital, por ejemplo) o a veces los síntomas tardan un buen tiempo en aparecer. Por eso, aunque crea que está sano, debe hacerse controles de manera periódica. El diagnóstico temprano es muy importante para que controlar las ITS, especialmente en el caso del VIH. 

14. Tragarse el semen en una relación sexual oral es malo para la salud. Mentira. El semen está compuesto por tres líquidos: seminal (95%), prostático (3%) y espermático (2%) y mantiene a los espermatozoides a una temperatura estable para que vivan. Cuando una persona se toma el semen este es digerido por los ácidos del estómago. El único riesgo para la salud está en el intercambio de semen infectado por alguna ITS, incluido el VIH/Sida.

15. Es malo que los hijos e hijas vean desnudos a sus padres. No. La desnudez no es mala, es parte de lo que somos como humanos y algo totalmente normal y natural. El problema es que el cuerpo, al estar atado a la sexualidad, se ha convertido en un tabú. Los expertos recomiendan que desde muy temprano los niños y niñas conozcan y exploren su cuerpo, porque entre otras cosas así es más fácil ayudarlos a protegerse de cualquier violencia que pueda ser ejercida en contra de ellos, especialmente la sexual. Para conocer su cuerpo, los niños y niñas deben estar desnudos y si entienden que no tiene nada de malo estarlo y ven que sus padres también lo asumen como algo normal, podrán relacionarse con su cuerpo de forma natural y respetuosa. Sin embargo, se recomienda que los padres y madres estén atentos al momento en que los pequeños expresen a través de gestos o actitudes, pero también de manera explícita, que no desean ver el cuerpo de otras personas (incluidos sus padres) ni que les miren el suyo.

16. La vasectomía y la ligadura de trompas causan impotencia o frigidez. Falso. Al momento de realizar una vasectomía, no es posible que se cause algún daño a los vasos sanguíneos y nervios que producen la erección. Después de una ligadura de trompas, puede haber cambios hormonales, pero de ninguna manera se afecta el deseo sexual de la mujer.

 

Laila Abu Shihab es politóloga, periodista y viajera modelo 1980. Ha trabajado en medios como El Tiempo y La Nación (Argentina), así como en CNN en Español. Hoy es profesora de periodismo e intenta ser escritora. 
 
Las ilustraciones son de Alejandra Monsalve Palencia
 
Las opiniones de los colaboradores y los entrevistados no representan una postura institucional de Colciencias.

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