Colombia cuenta con parteras urbanas contemporáneas: mujeres que combinan tradiciones ancestrales, medicina y hasta filosofía para ayudar a otras a dar a luz
Por Paola Rodríguez, Carolina Zuluaga Téllez y Vanesa Restrepo
Ilustraciones de Geany Asprilla
Segundos antes de que el bebé naciera, papá y mamá se acostaron en la cama, entrelazaron sus piernas, se miraron a los ojos y se besaron. En medio de las lágrimas estaba Paola Rodríguez, la partera que los acompañaba y que se conmovió al ver “una conexión tan hermosa” en un acto que muchas personas asocian con gritos, dolores y clínicas.
Ella trabaja con Carolina Zuluaga Téllez y ambas se consideran parteras urbanas contemporáneas, mujeres que acompañan a otras mujeres en su proceso de gestación, parto, posparto, lactancia y hasta crianza de los hijos. Un trabajo que ellas describen como integral, pues combina saberes ancestrales y se enfoca en dar soporte emocional también con base en conocimientos de biomedicina o “medicina occidental”.
(Puedes conocer el testimonio de los saberes que guardan la partería tradicional afro y jipi aquí en Charlas ciudadanas ¿Por qué mantener tradiciones como la partería?)
A cada parto que atienden —ya son más de 300 en 10 años— Paola y Carolina llegan con una maleta en la que algunas plantas usadas para baños y aceites empleados en masajes comparten espacio con equipos de reanimación neonatal, oxígeno, Doppler fetal para monitorear la frecuencia cardíaca del bebé, equipos para hacer seguimiento de signos vitales de la mujer, jeringas, gasas, guantes, compresas estériles, alcohol, equipo de sutura, medicamentos de urgencia y equipos para canalización intravenosa.
Ese acceso a la tecnología y a ciertos conocimientos especializados es una de las diferencias entre las parteras contemporáneas y las ancestrales o tradicionales. Estas últimas suelen ser autodidactas y ejercen en pueblos remotos, donde los recursos son escasos y la tecnología aún no llega. En Colombia las más reconocidas son las parteras tradicionales del Pacífico, cuyos saberes se consideran Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Nación.
Pero las diferencias entre las contemporáneas y tradicionales no restan. Muchas, como Carolina y Paola, prestan sus servicios en grupos y por eso no es raro que lleguen acompañadas de María del Carmen, una partera arhuaca que a sus 60 años sigue cargando con una mochila llena de plantas medicinales. “Cada partera, además de tener diversas vías de adquisición del conocimiento y del saber intuitivo, es atravesada e influenciada por su propia historia de vida o sus experiencias de maternidad”, dice Paola y agrega que “todas comparten un propósito: ayudar a que cada madre pueda tener un parto seguro, sin importar las condiciones en las que esté”.
Las parteras como Paola y Carolina estudiaron en escuelas internacionales de Europa, Estados Unidos y algunos países latinoamericanos como Puerto Rico, Perú, Argentina y Chile, donde esta labor es reconocida y en algunas ocasiones hace parte del sistema de salud. Además hacen cursos periódicos de actualización, se comparten libros, guías de atención al parto en casa, cartillas, documentos con evidencia científica e intercambios de experiencias. Sus conocimientos parten desde la biología y obstetricia y pasan por la nutrición y hasta la psicología, sin dejar de lado lo espiritual. “Lo que buscamos es que la mamá tenga una buena gestación, que su bebé llegue con un buen peso al nacer y que ambos estén saludables. Yo, por ejemplo, tengo estudios en nutrición funcional y aunque no estudié psicología, desde la experiencia como mujeres también tengo conversaciones con las mamás sobre cómo están en su vida, sus relaciones de pareja.
Todo eso hace parte del proceso”, señala Paola. Contrario a lo que podría creerse, estas mujeres no riñen con la medicina tradicional: las madres a las que acompañan también van a controles médicos y trabajan de la mano con ginecólogos y otros especialistas. Incluso algunas parteras contemporáneas son médicas, aunque también hay profesionales de todas las ramas y hasta mujeres que no han ejercido otras carreras. Paola, por ejemplo, empezó a estudiar medicina pero terminó graduándose de ingeniería. Y llegó a la partería luego de un accidente que le impidió caminar durante casi un año y en el que pasó por manos de médicos con formación occidental y oriental. Uno de ellos le abrió la puerta a la exploración interior, conocimiento de sí misma y vocación de servicio; y más tarde una invitación a un curso para ser doula (acompañante emocional y asistente física de una madre) le mostró el camino de la partería, un oficio que había sido desconocido para ella, pese a que una de sus abuelas lo ejerció. “Ninguna de nosotras dice que quiere ser partera. Yo soy ingeniera pero hay abogadas, educadoras infantiles, de todo… Lo que he encontrado, cuando hablamos, es que cada una en su viaje interior fue encontrando mensajes del universo que nos trajeron por este camino”, agrega Paola.
Colombia en gestación
En nuestro país la partería fue marginada del sistema de salud y apenas en 2020 el debate sobre la pertinencia de su trabajo se volvió a abrir con la radicación del Proyecto de Ley No. 482 que busca reglamentar el parto en casa, que es donde las parteras intervienen. Según los datos que el DANE aportó al debate, hasta los años 70 los partos en casa eran comunes, pero en 2006 apenas 17 de cada 1.000 nacimientos se hacían en esas condiciones. Los datos oficiales muestran que de los 512.185 niños que nacieron en el país en 2020, 2.979 fueron recibidos por parteras.
Eso es menos del 1 %. En el país hay 12 parteras que se consideran urbanas contemporáneas y que, en conjunto, atienden unos 300 partos al año. La cantidad de parteras tradicionales no se ha establecido, pero se sabe que en el Pacífico un grupo de 30 de ellas recibió apoyo del Fondo de Población de Naciones Unidas para fortalecer sus conocimientos y mantener viva la tradición. Lo que tienen en común las tradicionales y las contemporáneas es que hacen su trabajo en la casa de las mujeres gestantes, a diferencia de las doulas que hasta antes de la pandemia por Covid-19 sí acompañaban a las madres en las clínicas. Hablamos con Paola y Carolina y nos contaron más detalles sobre su trabajo:
-Todo es ciencia (en adelante TEC): ¿en qué consiste el trabajo de una partera urbana contemporánea?
- Paola y Carolina ( en adelante PyC): nuestro acompañamiento empieza, para muchas, con la etapa preconcepcional, sin hablar que algunas acompañamos a las mujeres en su menarquia y etapa menstrual de la vida. Cada una ha adquirido diversos saberes y conocimientos para ofrecer servicios que velan por la salud y bienestar femenino que trasciende el uso excesivo de fármacos y sobre diagnosticación que nos ha llevado a veces el modelo médico de atención en salud. Todo este proceso de acompañamiento preconcepcional comparte los mismos objetivos generales de la etapa prenatal, recordarle a la mujer que su empoderamiento está dentro de ella y que es hora que asuma la responsabilidad de sus procesos. En esta sociedad moderna, a esto se le ha nombrado como "empoderamiento femenino" o "despertar de la consciencia", y es desde allí, desde donde las parteras urbanas contemporáneas queremos hacer el llamado. Reconocemos, por nuestra propia dinámica de vida, que las mujeres nos hemos desconectado del poder que nos habita. Obedece a la comprensión de la existencia de un campo cuántico que nos une a todos y que ya se ha comprobado por muchos científicos y científicas que tiene total influencia en cómo creamos la realidad que vivimos. A esta parte del proceso se le reconoce como activar la neocorteza y la mente analítica, que es fundamental para asumir dicha responsabilidad. Sin embargo, acompañamos a pasar al otro nivel, pasar esa información de la mente analítica, a las conductas, a las acciones. Allí damos recursos, herramientas que puedan ser incorporadas para que se generen hábitos y de esta manera, romper viejos paradigmas que ya se sabe que nos están haciendo mucho daño para nuestra salud.
- TEC: ¿Pero entonces cuándo empieza su trabajo?
- PyC: En la etapa prenatal, en la gestación; las Parteras Urbanas Contemporáneas tenemos un primer contacto con las mujeres, la gran mayoría de veces desde el primer trimestre de gestación. Buscan esta alternativa por otras experiencias de familias que ya lo han vivido, porque ya han tenido un parto hospitalario y no quieren repetir ésta experiencia o porque se han informado de esta posibilidad y quieren vivirla. Cada partera comparte su propuesta de acompañamiento prenatal, que en general se caracteriza por ofrecer una serie de talleres, clases que involucran el movimiento corporal, masaje y consultas de partería para el seguimiento de la salud materna. Todas las familias deben tomar estos servicios para alinearse con la propuesta de la partera y tener un código de comunicación y equilibrar las expectativas. También tiene como objetivo reconectar con el poder interior y vivir los procesos desde el amor que nos lleva a la confianza y la seguridad, que como factores psicológicos ayudan a prevenir la enfermedad. Así que la prevención de la enfermedad y la promoción de la salud son la base fundamental de nuestro acompañamiento prenatal.
- TEC: ¿Las madres que ustedes acompañan van al médico?
- PyC: Las mujeres gestantes en paralelo hacen su control prenatal médico y realizan sus exámenes básicos de cada trimestre de gestación, incluyendo ecografías. Así, se mantiene una integración con el modelo de atención en salud médico para evaluar constantemente si es viable un parto planificado en casa. Solo acompañamos partos planificados en casa, si la mujer ha estado saludable o se ha podido restablecer la salud. Al momento del trabajo de parto, parto y nacimiento, las parteras urbanas, nos trasladamos al domicilio de la familia con maletas que llevan recursos que caracterizan nuestro oficio, como al inicio lo describimos. Disponemos de estas herramientas en caso de observar o percibir que se requieren para facilitar el proceso. Sin embargo, queremos ser muy insistentes en algo, y es que el mayor recurso que tenemos es el conocimiento y saber de la fisiología, neuroendocrinología, epigenética de la gestación, parto y nacimiento humano. Por tanto, nos basamos en el amor, la confianza y la seguridad de dichos procesos. Esto, nos lleva a la atención sin intervencionismo ni protocolización. Esto último científicamente ha sido descrito por grandes investigadores de la fisiología del parto como el Dr. Michel Odent, Dr. Frederick Leboyer, entre otros, como el mejor método para prevenir las desviaciones de la salud del parto y por tanto generar partos más seguros para las mujeres y sus bebés, por tanto, el parto planificado en casa atendido por Parteras Urbanas Contemporáneas entra dentro del concepto de parto seguro y busca definitivamente el bienestar de la diada (madre - hijo).
- TEC: ¿Y cómo son esos partos?
- TyC: Acompañamos a la madre en el camino que ella elija y la posición (para parir) con la que esté más cómoda. Una de las habilidades de la mayoría de las Parteras Urbanas Contemporáneas es la atención del parto en agua, un concepto de la sociedad moderna, descrito solo hace unos 60-70 años para acá, y en el cual también se han hecho formaciones especiales para atenderlos bajo los estándares establecidos por los expertos. La atención del parto en agua también ha sido una demanda de las mujeres que quieren parir en casa y con el tiempo se ha incorporado está información a nuestro modelo de atención. El acompañamiento a las mujeres gestantes incluye la incorporación de la pareja como pieza fundamental para facilitar la fisiología, pues también está comprobado científicamente que un o una acompañante de preferencia protege el parto y el nacimiento. El acompañamiento desde la partería urbana contemporánea no termina con el nacimiento de bebé y el alumbramiento de la placenta. También acompañamos monitoreando la adaptación de la madre y su bebé en el transcurso de 4-6 horas de posparto, alimentamos a la madre, cuidamos de la lactancia adecuada, protegemos el pinzamiento y corte óptimo de cordón umbilical y la vinculación de la madre y su bebé sin separarlos. Mientras el bebé permanece con su madre se realiza un test de Apgar, y monitoreo de signos vitales de madre y bebé. Si hay un buen puntaje Apgar, esperamos para hacer más adelante una examinación básica de reflejos neonatales, pesamos y tomamos las medidas respectivas. Documentamos todos los datos y analizamos los hallazgos. Si algo sale del rango remitimos a consulta pediátrica externa o a una institución hospitalaria de ser necesario. En casa respetamos la libre elección de la vacunación del neonato y a domicilio se toman pruebas de laboratorio del tipo de sangre y otros, en caso de necesitarlo. Cuidamos del posparto, a través de sesiones de dos o tres horas o más, según el criterio de cada partera con herramientas terapéuticas como masaje, baño de plantas medicinales; hacemos seguimiento de signos vitales de mamá y bebé y practicamos con los padres el aseo de bebé, de su cordón umbilical y apoyamos el proceso de lactancia. El proceso de acompañamiento a la gestación, parto y posparto, se cierra de diversas maneras según el criterio e intención de cada partera, y muchas siguen acompañando de cerca la crianza.
- TEC: ¿Partera y doula son lo mismo?
- PyC: Ambas somos educadoras de salud materna y acompañamos desde ahí a la mujer en su gestación. Pero en la atención del parto hay cosas que cambian: el rol principal de la doula es de acompañamiento emocional y contención. Pero ellas no manejan equipos como dopplers, o hacen tactos. Doula es un término nuevo pero el oficio es muy antiguo: antes era la familiar o la vecina o amiga que llegaba a cocinar, a ayudar a la mamá y a dar apoyo en lo que la familia necesitara. Nosotras primero estudiamos para ser doulas y lo ejercimos y luego estudiamos para ser parteras.
- TEC: ¿Por qué es importante su trabajo en un mundo lleno de especialistas?
- PyC: La partería en el mundo debe ser cuidada por todos, pues es una forma de acompañar los procesos naturales desde recordar el poder interior que tenemos. Honrar de manera sagrada la llegada a la tierra de cada ser humano, es de vital importancia para la preservación de nuestra especie humana. Que los niños y niñas nazcan envueltos en hormonas de placer y amor nos trae a todos, como sociedad, más amor y paz para relacionarnos con nosotros mismos y con los demás. Las Parteras Urbanas Contemporáneas hemos elegido desarrollar este oficio para contribuir con la construcción colectiva de una humanidad más conectada desde el corazón y la acción y menos desde la razón y los intereses netamente económicos y políticos.
Paola Rodríguez y Carolina Zuluaga Téllez son parteras urbanas contemporáneas y Vanesa Restrepo es divulgadora científica. Ellas escribieron este artículo.
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