Adriana Ocampo es una mujer que siempre soñó con el espacio, desde que veía “puntitos de luz en la bóveda celeste” y disfrutaba de las noticias del alunizaje del 20 de junio de 1969. Hoy es geóloga planetaria y trabaja en la División de Ciencias Planetarias de la Agencia Aeroespacial Estadounidense; es decir, hace parte de la NASA.
“Todos somos polvo de estrellas. Los elementos que componen nuestro cuerpo se originaron dada la explosión de una estrella. Gracias a que esa explosión ocurrió fue que esos elementos pesados como el calcio, el hierro, que componen el cuerpo humano, se dieron, y eventualmente fueron traídos aquí, al planeta tierra”. Es con frases como estas, que la científica colombo-argentina busca que más personas vivan esa fascinación que desde niña ella siente por la ciencia y el espacio.
Desde muy pequeña, Adriana Ocampo empezó a soñar con la bóveda celeste. En 1969, cuando el hombre caminó por primera vez sobre la Luna, Adriana creó un objetivo en su mente: trabajar en una agencia espacial. Hoy lidera el programa “Nuevas Fronteras” de la NASA, y a su cargo están el desarrollo de misiones que estudiarán planetas como Plutón y Júpiter.
Con estas misiones, el equipo de Nuevas Fronteras espera tener más información sobre cómo se formaron el sistema solar y los planetas, y qué papel tuvo Júpiter para que se diera la vida en nuestro planeta. Esto, ya que se piensa que durante el proceso de formación del sistema solar, Júpiter actuó como una gran licuadora, mezclando elementos primordiales y trayendo moléculas de hierro, cobre, oro, platino e incluso la del agua, que terminaron siendo absorbidas por el campo gravitacional de la Tierra.
Hasta el momento, Adriana Ocampo es una de las científicas latinoamericanas que más alto ha llegado en la investigación del espacio. Ese indagar, preguntar, averiguar y llegar a la verdad del método científico, ha marcado su vida. Por eso considera importante continuar incentivando y generando oportunidades para que cada vez más jóvenes se dediquen a la Ciencia, ya que para ella “es una gran pérdida para nuestra humanidad que más del 50% de nuestra especie no sea parte de este tipo de disciplinas que nos provee la Ciencia”.