El 11 de marzo, aproximadamente tres meses después de que el brote del nuevo coronavirus fuera descubierto, la enfermedad COVID-19 se ha convertido en pandemia. Sin embargo, esta es una palabra que no debe asustar ni muchos menos hacernos entrar en pánico. Este es un viaje por los virus y por lo que sabemos hasta el momento de este coronavirus (SARS-CoV-2). ¿Qué tanto sabe de este virus?
Andrés Carvajal se le midió a leernos su columna Animales peludos sin pelos en la lengua. Este es el resultado:
La carrera frenética por garantizar que los genes propios pasen a la siguiente generación, como si así tratáramos de huir de la mortalidad, es también una carrera para adaptarse entornos muy distintos. En cuanto a sexualidad, la norma en la naturaleza es lo “raro”. La selección natural ha fomentado una diversidad sexual tan amplia que todos los colores del arcoíris se quedan cortos en representar.
El clítoris, único órgano del cuerpo humano cuya existencia no tiene más sentido que dar placer a la mujer, ha sido objeto de estudio por más de cuatrocientos años, y sin embargo es muy poco lo que el grueso de la población sabe de él. ¿A qué se debe esto? ¿Acaso el clítoris ha sido víctima de una cruzada en su contra? Tras un recorrido de 400 años por la historia de la ciencia concluimos que sí, lamentablemente sí.
Hay dos reglas básicas: ser más de dos y dejar las cosas claras desde el principio con sus parejas. Los poliamorosos, aquellos que dicen querer sexual y afectivamente a más de una persona simultáneamente, hoy desafían los cánones de la monogamia en relaciones abiertas y consensuadas de múltiples tipos.